En este artículo quiero platicarles, desde lo más personal y auténtico, cómo fue el proceso de crear Eternal Estate, nuestra nueva cápsula inspirada en los eternos veranos que vivimos en las costas de México.
Esas temporadas donde el clima es cálido y delicioso, los atardeceres parecen pintados a mano y la vida se siente más ligera… como si el tiempo se detuviera y todo fuera un verano infinito.
El sentimiento que lo empezó todo
Quise diseñar una colección que capturara exactamente esa sensación que me invade cada vez que estoy en una playa mexicana:
la libertad, la suavidad de los días largos, esa ligereza en la que disfrutas sin pensar demasiado y todo fluye… donde lo único pendiente es estar presente.
El reto: crear algo totalmente nuevo
Esta cápsula fue especialmente retadora porque, por primera vez, trabajamos directamente con knitwear, desarrollando cada prenda desde cero.
Había tantas ideas, tanta emoción y tanta revolución creativa en mi cabeza, que necesitaba ordenar todos esos sentimientos y darles estructura. Y, como siempre, lo logré gracias a un equipo de expertas que me ayudaron a convertir inspiración en algo tangible.
Volver al origen: un viaje consciente a la costa
El proceso comenzó con un viaje a las costas de Jalisco. Necesitaba regresar al lugar que siempre enciende mi creatividad. Ahí, con calma y consciencia, me permití sentirlo todo:
el clima, la gente, la comida, los colores, el ritmo.
Mientras vivía esos momentos, escribí en mi journal todo lo que me despertaban. Tomé fotos que acompañaban esas emociones y, con ambos, armé un moodboard que sería la base de la colección.
Del moodboard al diseño
Con el moodboard listo y totalmente clara en las texturas que buscaba —ligereza, fluidez y esa sensación de libertad— comenzamos a diseñar.
Ahí empezó otra parte retadora:
las pruebas de tejido en el taller, las mezclas de color (que cambiaron muchas veces), y la búsqueda del tono y textura exactos que quería.
Cuando finalmente encontramos los textiles perfectos, pasamos a definir las siluetas. Siempre con tres prioridades:
comodidad, ligereza y fluidez.
La magia de las primeras muestras
Cuando comenzaron a llegar las primeras muestras, sentí esa emoción indescriptible que siempre me recuerda por qué amo crear.
Es mi parte favorita: ver cómo una idea empieza a transformarse en realidad.
La emoción de ver color, forma y textura cobrar vida.
Y algo muy especial:
casi no hubo cambios. Lo teníamos tan claro desde el inicio que las modificaciones fueron mínimas: unos centímetros arriba o abajo, un pequeño ajuste en el fit… nada más.
A la par, iniciamos la elección de avíos. Y aquí sí: qué reto tan hermoso.
Tenía frente a mí una cantidad de botones espectaculares, todos distintos, todos divinos. Fue difícil elegir —pero definitivamente fue un “happy problem”.
Del papel a la realidad
Con los avíos definidos y los últimos detalles aprobados, mandamos todo a producción.
Y entonces sucedió esa magia que tanto amo: ver llegar las prendas terminadas.
Cada silueta representaba exactamente lo que buscaba:
comodidad, belleza, frescura, elegancia… y ese feeling de verano mexicano que no se explica, se siente.
El cierre perfecto: el shooting
Para cerrar con broche de oro, necesitábamos un lugar que acompañara esa energía.
En menos de 24 horas organizamos el shooting en Puerto Escondido, un destino que respira libertad y felicidad.
El resultado fue incluso mejor de lo que imaginaba. Las prendas hablaron por sí mismas.
Lo que siempre agradezco
Cada cápsula es un recordatorio de lo afortunada que soy de contar con un equipo increíble y con la guía de expertos que hacen posible lo que imagino.
Hoy estoy profundamente feliz con el resultado final.
Eternal Estate no es solo una colección:
es la representación más honesta de lo que significa para mí vivir un eterno verano en México.
